domingo, 24 de septiembre de 2023

Crónicas.- Aventura 8

Mientras un victorioso Uldrick alardea por derrotar al quebrantador, tratan de reanimar a su compañero Swain mediante primeros auxilios. Y, pese a poner todos sus esfuerzos en continuar de manera furtiva atravesando territorio enemigo, acaban siendo descubierto por una tropa exclusiva del ejército de Cíclope, los Espinados. Estas criaturas se crean atravesando sus cadáveres con armas tratadas con sangre breada, la visión es la de un muerto viviente con  decenas de armas punzantes, espadas, lanzas, dagas... todas ellas desprenden un antinatural brillo carmesí en las perforaciones, como si se tratase de un efecto provocado por las negras y breadas armas en su contacto con la piel. Este enfrentamiento es duro, los espinados les drenan vida a los aventureros, pero logran superarlos.


Tras varios turnos escuchando su temida llegada, hace aparición Arges el violento, el comandante sapuris de las esquirla del Cíclope. El mastodóntico Cíclope se muestra confiado, ¿porqué iba a temer a unos insectos?, y muestra su determinación de tomar la corteza por la vía violenta, puesto que la propia gente de la corteza no lo va a entender de otra manera. Argumentando que él mismo mostró el camino de la forja con sangre breada a los tejedores para que mantuvieran a sus aldeas libres de espectros, y han usado ese conocimiento para someter a otros en lugar de para protegerse entre todos.

"Llevo 50 años asegurando que nadie acceda al bastión por orden del Patriarca, todo mi regimiento se encuentra patrullando los alrededores, hacemos prisioneros pero ninguno hasta ahora como vosotros, con esas armaduras y ésa extrañeza que veo en vosotros con mi ojo de cíclope y que no he visto jamás ni vivos ni en muertos. Con mi ojo veo cosas que otros no son capaces, pero no entiendo como podéis ser reanimados de la facción de Esfinge cuando su facción lleva desaparecida 50 años." Arges el violento

Entre Lila y Swain convencen a Arges de que provienen del bastión de los vientos y que ahí se encuentran todas las respuestas, pidiendo que les dejen pasar. Tras sopesarlo Arges los pone frente a la barrera protectora, con sus tropas observando una escena que les es reconocible. Arges ordena que los lancen contra la barrera, Swain no lleva desactivado su sello de ocultación, y Ulrick logra enganchar ya arrastras consigo a su carcelero. En cuanto los esbirros de Cíclope les han lanzado contra la barrera que rodea el bastión les sorprende un espacio neutro y blanco, y los asalta un recuerdo al atravesarla. Un recuerdo de otra persona...



...El ritmo decidido de unos pasos anuncian su trayectoria por los pasillos, el temperamento militar se lleva hasta en la pisada. Ella lleva su uniforme de entrenamiento como soldado de rango superior. Su corto pelo rubio se encorseta bajo un casco que sólo permite ver sus heterocromáticos ojos. Camina atravesando un ancho pasillo flanqueando por columnas y gárgolas que la observan. Al fondo de la estancia, sentado sobre un trono está él, aquel al que todos llaman Patriarca, no tiene que presentarse pues todo el que accede a él ya sabe lo que tiene que saber.

En la mano del patriarca una astilla, un fragmento alargado y puntiagudo que parece haber sido desprendido de un hueso... Alguien os habla. Y la escena se desvanece.

Una voz familiar os hace mirar a un lado. Cambia la escena, este lugar sí os es reconocible y familiar,  estáis en el bastión de los vientos. Y veis una versión más adulta de la joven que estaba con el Patriarca. Continua llevando un corte de pelo militar y viste un uniforme preparado para el combate, cómodo y práctico para cualquier enfretamiento. Pero su actitud no es beliciosa, se encuentra de pie hablando con Camus. Lo habéis reconocido por su voz, la suya era la voz familiar que oíais y ahora observándolo portar su armadura no tenéis dudas, se trata de él, es el guardián dorado de la embajada de Ateneapolis.

- En la embajada hemos recibido el aviso de dejarlo todo sin rastro.- dijo Camus - Esfinge, no tengo dudas, tras este movimiento de Ateneapolis está claro que deben sospechar algo.

¿ Y tú, qué harás? - inquirió esfinge mirándole a los ojos.



Tras un silencio que pareció una eternidad, Camus respondió mientras se acercó a esfinge y le agarró por el hombro.

- Esfinge, eres una pésima maestra, con la cantidad de tiempo que me ha costado entender ese prodigio Kamei, no esperes que me retire cuando estoy tan cerca de dominarlo.

Mientras sois espectadores de esta visión algo os retuerce vuestros pensamientos. Camus era un guardián de Ateneapolis, quien dirigía la embajada del bastión y en vuestros meses de servicio ahí nunca pensasteis que pudiera aliarse con una comandante sapuris. Pero esta foto, esta imagen retenida de ellos, os despierta un sentimiento de nostalgia, de añoranza, tenéis claro que no os pertenece este sentimiento, pero estáis sintiendo una pérdida.

Y en el siguiente pestañeo ya veis que estáis en el bastión. Ya no estáis dentro del recuerdo de alguien.



La niebla fluye como jirones espectrales a través del paso de la montaña, una niebla que se comporta antinatura ya que no se dispersa pese a los azotes del viento. Quizás sea a causa de la barrera que aísla el bastión y la retiene en su interior. Atravesáis la entrada de la ruinosa fortificación, con claras cicatrices de haber sufrido un asedio. El paisaje árido desprende un fuerte hedor a muerte. Todo el bastión huele a sangre, y a derrota. Ha pasado mucho tiempo pero huele tal y como lo recordáis.

Avanzáis y os golpea el ánimo ver que hay supervivientes. Aún quedan soldados y civiles en el bastión de los vientos. Escucháis parte de una conversación cercana entre dos militares del bastión

- los no muertos yacen en su eterno descanso, pero bastión de los vientos sigue siendo un lugar fronterizo, un lugar peligroso: hay rumores sobre corrupciones acechando este lugar, las desapariciones han aumentado.

- !¿ Desapariciones o deserciones!? Deje de alimentar rumores soldado.- le increpó el soldado de mayor rango.

Escucháis el replique de unas campanas. Conocéis ése código de llamada, se trata de un avistamiento y están llamando a las filas. No os da tiempo apenas a reaccionar cuando notáis que a las gentes de vuestro alrededor se les tornan los ojos tiñéndose oscuros como la noche...¡ y se lanzan contra todos!

Gritos de auxilios, chillidos ensordecedores se han apoderado del bastión de los vientos. Veis un caos que tiene a los soldados incapaces de ser resolutivos. Dedicando sus esfuerzos a evitar que les maten sus propios compañeros y que se maten entre sí los civiles.

Tratáis de averiguar que está ocurriendo y detectáis que hay algún tipo de prodigio que está alterando la conducta, se dirigen hacia el pozo y tras analizarlo determinan que el agua está intoxicada por unos gusanos y que todo el que haya bebido del pozo debe estar bajo el influjo de esta maldición que los controla. Lila y Swain intentan contrarrestar los efectos de los gusanos mediante la combinación de sus prodigios creando unos mosquitos que "vacunaran" a los infectados con su picadura.

... Escucháis una fuerte explosión que parece provenir cerca del pozo.

. Volvéis a tener una visión de esfinge.

La veis sacudiéndose restos de una explosión. Se encuentra irguiéndose entre varios escombros. Su armadura está intacta y la determinación de su mirada se clava en una sombra que emerge entre el humo. Se trata de otro comandante Sapuris, es el portador de la esquirla del GUSANO y va directo a por esfinge.

Es un combate entre dos comandantes sapuris

la magnitud de sus ataques está echando abajo edificios enteros de un solo golpe

- No puedes escapar a mi red de espionaje, ya deberías saber que sólo me basta con tener a un gusano. En sus cuerpos y ya son mis siervos. Cualquiera puede ser mi agente, mi siervo latente y estar viviendo sin saberlo.- ríe jocosamente el sapuris de Gusano.

- Puede que ahora sea yo quien te de la sorpresa a tí, no seas tan chulito caralombriz. Los de Ateneapolis descubrieron vuestra infiltración en el agua del pozo. Y están preparando las contramedidas... mira, justo a tiempo, parece que ya va a empezar el contraataque.

Esfinge señala al cielo dónde un guardián dorado de ateneapolis comienza a anular la influencia de los gusano ¡Es Camus! vuestro compañero no os ha abandonado.

Tras esta visión compartida recuperáis vuestra atención en el interior del bastión Pero lo que estáis viendo ahora preferiríais no haberlo visto. Desde un tejado acaba de saltar sobre la gente una mantícora infernal. 

Pese a rebanarle el aguijón, la mantícora golpea con ferocidad a Ulrick, pero Swain lo teletransporta a gran altura provocando la muerte de la mantícora por la caída que ha provocado profundos destrozos en su cuerpo. Instantes después de empezar a recuperar el aliento por este encuentro con la mantícora os invade una fría sensación. Vuestros instintos de supervivencia os han puesto alerta, segregando ansiedad por vuestro pecho. Las piernas tambalean ligeramente, vuestro autocontrol las mantiene quietas pero algo instintivo las empuja a moverse. Y ahora captáis perfectamente la fuente de ese sentimiento de desesperación. Es Garuda, un comandante sapuris.

Sentís que estáis como en un lago de agua helada, o al menos vuestros músculos se comportan igual, entumecidos, doloridos.

Garuda se agacha para tocar el cuerpo de la mantícora. Hacer saltar una chispa y unas llamas comienzan a crecer mientras consumen el cuerpo de la mantícora. El comandante sapuris da unos pasos en vuestra dirección mientras a su espalda se levanta una hoguera, y os dice:

- Este bastión no superará el día de hoy. Demasiado tiempo se nos ha resistido. Nuestra expansión en la corteza es inevitable. Podríais simplemente quedaros a mirar o podéis acabar consumidos por las llamas renovadoras del inframundo. y grita ¡Fuego de renovación, adelante, ataca mantícora! 

Y del fuego emerge la mantícora totalmente renovada.

La temperatura está aumentando rápidamente. Estáis acostumbrados al sofoco habitual de los combates, pero de repente notáis en el aliento que respiráis un aire ardiente, asfixiante. Miráis alrededor y la visión se deforma por el efecto del calor. De todo lo que veis está comenzando a emerger vapor. El origen es Garuda que está elevando la temperatura de todo a su alrededor y está apunto de provocar una explosión.

soy el portador de la esquirla de la renovación infernal, el resto de los comandantes sapuris son fuertes y hábiles pero necesitan comandar tropas, convertir a los vivos. Yo me basto conmigo mismo, yo solo soy el ejercito d Garuda. Un ejército del inframundo compuesto por un único individuo ¡ese soy yo!

¡Preparaos a arder, insectos!

"El botas" logra invocar a su dragón menor para protegeros de la explosión. justo antes de que los alrededores comiencen a entrar en combustión como una antorcha aceitosa, veis escarcha. Y un manto de refrescante hielo os comienza a envolver para protegeros de las llamas. Y agua traída del pozo y el subsuelo del bastión comienza a brotar como géiseres que asfixian al fuego provocado por Garuda. Camus se dirige a vosotros:

- a partir de aquí me encargo yo. Espero que me perdonéis pero necesito que os alejéis de este campo de batalla. Id a la embajada y socorred a los civiles allí.

Corréis hacia la embajada, por el camino habéis prestado socorro y cargáis con algunos heridos, funcionarios de la embajadas. Al llegar comprobáis que ahí ha tenido lugar una batalla colosal, parte de la embajada está en ruinas. Su puerta principal está arrancada y al acercaros comprobáis a los responsables.

Esfinge ha perdido un brazo, mantiene extendido el brazo que le queda apuntando a Gusano con su mano. Le esta reteniendo, pero se le ve exhausta. Esta siendo un combate muy igualado. pero el cuerpo de esfinge ha cambiado, es casi tan alta como el cíclope Arges y parece haberse transformado en una medio leona. Mientras sujeta a gusano, os grita:

- ¡Recoged el artefacto y enviadlo por el portal! rápido, Camus está manteniendo a raya al más peligroso, pero no os garantizo que pueda librarme de este. ¡Vamos el tiempo se acaba! Si el artefacto es teletransportado el asedio habrá fallado y habréis enviado una promesa de victoria.

- malditos gusanos! servidme, libradme de él y os regalaré la inmortalidad.



Una decidida Lila se lanza con su agilidad arácnida y recoge el artefacto mientras aprieta el paso para enviarlo por el portal de teletransporte... mientras a su espalda tiene lugar una gran llamarada que arrasa todo hasta llegar a ella... y vuelven a estar en el recuerdo de otra persona, en el de Esfinge:

Esfinge está de pie frente a cinco férretos. Está mayor, parece que han pasado al menos 3o años de uan vida humana. Va vestida con hábitos de monje donde debería haber un brazo, bajo su hombro, la manga izquierda de su camisa se anuda cerca de un muñón.

a su espalda hay una barca que os resulta familiar con bastantes incsrcipciones rúncias en su casco. Junto a la barca hay una botella de cristal con un tapón de corcho.

En la mirada de Esfinge brilla la resignación y trnasmite dolor, el dolor de una pérdida pero notais unos destellos de esperanza.

Se acerca vuestro tiempo. Y el mío con el vuestro.

He logrado dominar la esquirla de la renovación de Garuda. Perdí la cuenta de la cantidad de años que hemos estado aquí encerrados por el prodigio Kamei que levantó Camus para salvar la rebelión contra el patriarca. Él y yo aprendimos sobre los verdaderos orígenes de las armaduras sapuris. Desentrañamos los misterios de mi esquirla. y cuando casi estamos a punto todo se precipitó. el comandante gusano sospechó de mí y alentó una intervención, un asedio que asoló el bastión.

pero gracias al sacrificio de Camus nos hemos sobrepuesto. Podemos seguir intentándolo. Uno de vosotros cinco conoce la ubicación de la única posibilidad para acabar con el poder del Patriarca. Gracias a mi esquirla de la transmutación de cuerpos y la esquirla de la renovación de Garuda ahora puedo traeros de vuelta.

Os sellaré en la botella y os enviaré fuera con el portal que he podido recuperar. Aunque el radio de influencia es menor del que tenía. Traeros de vuelta me consumirá a mí y a mí armadura. Así que estas son mis últimas voluntades: 

Vivid y levantad la llama de la rebelión, levantadla el tiempo suficiente para darle vuestro testigo y testimonio a los guardianes de Ateneapolis. Recuperas el artefacto y entregado. Contiene el secreto para sellar el poder del patriarca. La noche que asediaron el bastión el Patriarca perdió tres de sus nueve esquirlas. Gracias a vosotros, las perderá todas junto con su poder.


OFFPARTY 

Los cimientos de la primera partida que jugamos están basados en los hechos que enmarcan esta crónica. Jugarla como un flashback y rolearlo de manera que fuera interesante para la mesa de jugadores era mi principal reto. Creo que guardar la naturaleza temporal, que estaban jugando sus orígenes, ese pasado que no recordaban, como giro final de la partida nos ha regalado unos momentos en mesa muy chulos y que ahora tiene que ir digiriendo los jugadores.

Aquí se acaba el primer arco argumental de estas crónicas. No sabemos cuantos arcos más habrá, pero ahora sentimos que nos queda bastante por contar de las aventureras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hojas de PJ escaneadas

 Enlace a la Carpeta completa  AQUI Para ver cada PJ por separado, a continuación: - Uldrick "el Botas" - Lila  y su Equipo - Nith...